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Informe regional 2024 de Centroamérica y el Caribe

Resonancia y disputa: espacio cívico en Cuba, Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador

Introducción:

La garantía de derechos para el ejercicio de la libertad de expresión en la región de Centroamérica y el Caribe permaneció como una deuda en 2024. No solo no se cuenta con las condiciones para su ejercicio en países como Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, de hecho no se promueve o no existe una voluntad política clara para proveer dichas condiciones. La expansión de gobiernos que apelan al populismo –ya sea de derecha o de izquierda– para sostenerse de modo autoritario o para beneficiar a determinados grupos que muestran resistencia al avance de la democracia se presenta como un obstáculo en la historia reciente de la región en general para el ejercicio de los derechos humanos.

En el año de análisis, como en los pasados cinco años, se han monitoreado en los países de Centroamérica y el Caribe las prácticas antidemocráticas en las que incurren incluso personas que tendrían que ser garantes de derechos al interior de los Estados. Ante la deriva autoritaria que enfrenta la región no es casualidad encontrar incluso prácticas similares que tienen como fin el cierre del espacio cívico, tales como el aumento del uso de leyes para continuar la arremetida en contra del ejercicio de la libertad de expresión y de prensa o la instrumentalización del derecho penal para acusar judicialmente a voces reconocidas del periodismo con el fin de castigarlas y silenciarlas.

De igual forma, se han documentado verdaderos ejercicios de resiliencia y resistencia desde el periodismo en Centroamérica y el Caribe, así como de parte del activismo, como en el caso de Cuba. Las personas defensoras de derechos humanos, periodistas y comunicadoras comunitarias promueven prácticas dignas de reconocimiento. La confianza que se deriva de las relaciones entre personas periodistas y sus fuentes, el mantenimiento del periodismo ciudadano en Cuba, la autoridad y el compromiso del periodismo crítico e independiente liderado por mujeres en Honduras, el realce del papel del periodismo frente a la crisis medioambiental o el manejo del espacio digital como una zona de oportunidad para generar redes de información son algunas muestras de lo descrito a grandes rasgos en el presente informe.

No obstante, el costo del ejercicio periodístico independiente y crítico en la región continúa siendo alto, sobre todo en coyunturas de relevancia política. El exilio forzoso, la cárcel e incluso la violencia letal en contra de la prensa llegan a ser un disuasor presente en la impunidad alentada por las autoridades responsables, pese al cual el periodismo independiente y plural existe y seguirá existiendo. Lo vimos en el caso de Guatemala hasta la investidura del presidente Arévalo en enero de 2024, durante las elecciones en El Salvador y lo advertimos en este momento en el repunte de agresiones contra la prensa en Honduras durante el periodo preelectoral.

Las coyunturas observadas también van en el sentido positivo. El periodismo acompañó la oportunidad democrática en Guatemala, y hoy lo continúa haciendo desde la exigencia, la visibilidad y el debate diverso y plural. En Honduras, las voces del periodismo se encuentran con un panorama complejo, pero no dan tregua y evidencian las prácticas autoritarias de la administración actual. En El Salvador, el periodismo continúa destapando las prácticas ocultas tras la política de seguridad nacional seguida por Bukele.

En Cuba y Nicaragua la arremetida en contra de la crítica proveniente de la prensa continúa. Sin embargo, a pesar de las agresiones recurrentes, hoy más que nunca la crisis multifactorial que sacude a Cuba deja ver en el último recurso estatal –la represión– la falta de alternativas para quienes están a la cabeza del país.

En Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, actual copresidenta, extiende su alcance y capacidad represiva. La expansión de los mecanismos de represión a través de leyes y persecución incluso fuera del país no ha menguado su calidad. Sin embargo, el ejercicio periodístico continúa. Este año un trabajo de investigación colaborativa de periodistas nicaragüenses, que involucró a tres medios, llegó a ser finalista de los premios Javier Valdez 2024 de la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación. Ello da cuenta de que pese a las adversidades, traducidas en el ejercicio del periodismo en el exilio, la labor informativa continuará.

La labor periodística no debe ser vista como una enemiga de los gobiernos. La libertad de expresión y de prensa, que es el vehículo mediante el cual se ejerce el periodismo, es un pilar fundamental para la democracia. El periodismo expone temas de interés público para que la ciudadanía tenga información que le permita ampliar su conocimiento sobre temas que le repercuten. El debate diverso que fomenta el periodismo plural es indispensable para asegurar un mejor porvenir para nuestros países.

Precisamente porque son tiempos complejos, el valioso quehacer periodístico y las voces críticas son más oportunas que nunca para el transitar de la región.

Este informe se publicará en cinco entregas. La quinta, sobre Nicaragua, se publica hoy 7 de agosto.

Cuba

Primera entrega:

La libertad de expresión en tiempos de contingencias

En Cuba se vivió una situación crítica en materia de derechos humanos durante el 2024 en el marco de un claro deterioro del régimen en términos de legitimidad y de sostenibilidad. La falta de infraestructura, servicios básicos y la crisis económica y energética llevaron a manifestaciones en diversas provincias de la isla. ​Ante ello, el gobierno cubano continuó respondiendo con detenciones, amenazas y vigilancia, especialmente durante fechas conmemorativas y eventos significativos.​ Las personas presas políticas de las históricas manifestaciones del 11 de julio de 2021, son sometidas cada vez de forma más sistemática a represalias en prisión.

La libertad de expresión y de prensa está restringida por leyes que alinean estos derechos con la ideología del régimen. ​A pesar de la represión, la ciudadanía y el periodismo independiente muestran resiliencia y creatividad para denunciar las vulneraciones contra la libertad de expresión y derechos humanos. ​Es urgente que el Estado cubano cese la persecución, libere a las personas periodistas y activistas que se encuentran privadas de su libertad por el ejercicio de sus derechos a la protesta y libre expresión y acepte la supervisión internacional. ​

Agresiones contra personas periodistas y activistas en Cuba durante 2024:

121 agresiones

contra personas periodistas

475 agresiones

contra activistas

Uso ilegitimo del poder público

es el tipo de agresión más registrada contra periodistas.

161 detenciones arbitrarias

contra activistas fueron registradas.

Lee la primera entrega:

El Salvador

Segunda entrega:

Reinvención del autoritarismo: Pasos hacia el fortalecimiento de un régimen autoritario

En El Salvador se observa un preocupante recrudecimiento de la violencia contra la prensa al tiempo que el poder del Estado, bajo el liderazgo de Nayib Bukele desde 2019, se fortalece sin dar cabida a expresiones que cuestionan el actuar estatal y critican sus políticas públicas.

El periodo de elecciones fue una muestra significativa de la situación hostil en que se desarrolla la libertad de prensa en El Salvador. Esta fue observada por organizaciones nacionales e internacionales que denunciaron que “el proceso electoral evidenció el deterioro de las condiciones para el ejercicio periodístico y las garantías para la libertad de expresión” a pesar de que la información que difunde el periodismo es fundamental para garantizar un proceso verdaderamente democrático.

Agresiones contra personas periodistas en El Salvador durante 2024:

136 agresiones

contra personas periodistas

Declaraciones estigmatizantes

es el tipo de agresión más registrada contra periodistas.

40 y 37 agresiones acumuladas

por personas servidoras públicas y usuarias de redes sociales contra la prensa.

Tan sólo entre enero y junio

APES registró un promedio de 81 incidentes diarios en contra de la prensa.

Lee la segunda entrega:

Guatemala

Tercera entrega:

Todavía lejos de la justicia

El panorama político de Guatemala durante 2024 estuvo marcado por varios acontecimientos que permiten tener un pulso de las condiciones en que se viven procesos democráticos y que impactan en el goce de derechos humanos en el país, como el inicio de la administración del presidente Bernardo Arévalo.

Bernardo Arévalo comenzó su mandato con la promesa de no perseguir judicialmente a la prensa, asegurando que la libertad de expresión es una prioridad en su gobierno. Sin embargo, a casi un año de estar al frente del Poder Ejecutivo, las personas periodistas continúan siendo sujetas de agresiones. Esto significa que todavía queda una deuda pendiente de este gobierno, específicamente en relación con la libertad de expresión.

Agresiones contra personas periodistas en Guatemala durante 2024:

57

periodistas víctimas de vulneraciones a su derecho a la libertad de expresión

23

Agresiones ejecutadas por personas servidoras públicas, durante el primer semestre.

29

casos de intimidación contra periodistas

Para febrero de 2024, 25 periodistas en el exilio

de acuerdo con la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG)

Lee la tercera entrega:

Honduras

Cuarta entrega:

Asfixia silenciosa de la prensa

La llegada de Xiomara Castro Sarmiento a la presidencia de la República de Honduras en 2021 fue un acontecimiento esperanzador para la población hondureña tras décadas de gobiernos militarizados y el golpe de Estado perpetrado en junio de 2009 en contra del entonces presidente Manuel Zelaya1, sucesos que arrastraron al país a los peores índices de desarrollo de la región y a una inestabilidad y polarización social que persiste hoy en día.

Agresiones contra personas periodistas en Honduras durante 2024:

5

periodistas asesinados en 2024.

52.9%

de las agresiones reportadas en 2024 fueron en contra de la prensa.

35%

de las agresiones contra la prensa fueron encabezadas por funcionarios públicos.

Se ha usado tecnología

como una tendencia para agredir al gremio

Lee la cuarta entrega:

Nicaragua

Quinta entrega:

Binomio autoritario: sometimiento de la crítica nicaragüense

El deterioro actual que vive el espacio cívico y digital en Nicaragua encuentra sus orígenes en la criminalización en 2013 con el movimiento de personas jóvenes, quienes decidieron alzar la voz para demandar mejores condiciones de vida. Su estrategia fue el uso de las redes sociales para expresar su descontento con las políticas que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo implementó, en detrimento de las necesidades del pueblo nicaragüense y particularmente de poblaciones en situaciones de mayor vulnerabilidad. A ello se sumaron las denuncias digitales de esta misma población para las agresiones de las que fueron sujetas las personas por parte de la Policía Nacional y paramilitares del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

2024 marcó el inicio de una escalada de terror cuyas acciones represivas se reconfiguraron a lo largo de los años, sobre todo, después de las protestas de 2018. La persecución de las disidencias y el periodismo independiente fue el centro de los objetivos del régimen para silenciar los cuestionamiento al statu quo que colocaban en jaque la capacidad de Daniel Ortega de garantizar condiciones dignas de vida de la población pese a estar en el poder por más de 27 años (16 de ellos de manera consecutiva desde 2007).

Represión y censura en Nicaragua:

Desde 2018:

La persecución de periodistas, activistas y voces críticas ha escalado gravemente, afectando incluso a sus familiares y redes de apoyo.

Criminalización y control judicial:

Se han aprobado leyes que criminalizan el ejercicio periodístico y el control de las telecomunicaciones, así como reformas que permiten el despojo de la nacionalidad a voces críticas. La modificación de más de 100 artículos de la Constitución, en noviembre de 2024, significó la consolidación de un régimen autoritario y dictatorial. 

Principales agresiones y agresores:

Detenciones arbitrarias, las desapariciones forzadas, el exilio forzado, la confiscación de bienes y la criminalización se han posicionado como las más frecuentes. Los principales agresores identificados son el Estado: particularmente desde la Policía Nacional, el Poder Judicial, la Fiscalía y autoridades de migración.

278 periodistas en el exilio:

De acuerdo con la FLED, entre abril de 2018 y septiembre de 2024 se contabilizaron 278 periodistas exiliados. Señalan además que no existen condiciones para su retorno.

Zonas de silencio:

De acuerdo con la FLED, hasta 2024 se contabilizaban 9 zonas de silencio: Carazo, Chontales, Jinotega, Madriz, Nueva Segovia, Región Autónoma de la Costa Caribe Sur, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte, Granada y León.

Lee la quinta y última entrega: