H.i.j.o.s y Padres en contra de la impunidad
La denuncia pública es el último o inclusive el único recurso de quienes después de sufrir una injusticia enfrentan la impunidad. Ya sea por acción u omisión, el caso es que no son pocos los ciudadanos y ciudadanas a las que se les niega cotidianamente, por la vía de los hechos, la posibilidad de restablecer su dignidad a través del acceso a la justicia. La impunidad abre el paso a la violación de otros derechos fundamentales de las víctimas, envía un mensaje de aliento a futuros perpetradores y cancela toda posibilidad para la reparación del daño y la reconciliación nacional. Para bien o para mal, la vida de cada una de las personas que vivimos en México ha sido tocada por el enorme sistema de componendas y lealtades que posibilitan la perpetuación de la impunidad. Ante la falta de castigo a violaciones a derechos humanos, existen grupos de víctimas y sus familiares que alzan la voz para apelar a la solidaridad de la sociedad. A continuación presentamos las historias de dos grupos, uno de padres y otro de hijos, y su lucha en contra de la impunidad.
H.I.J.O.S
Es una organización que fue conformada en Argentina en 1995, por los hijos e hijas de personas que fueron desparecidas durante la dictadura en ese país, desde entonces se han creado capítulos en varios países como Chile, España, Francia, Guatemala, Holanda, Italia, México, Suiza, Suecia, Uruguay y Venezuela. Para Tania Ramírez, miembro de H.I.J.O.S-México desde su fundación, explica la estrategia de las actividades de la organización de la siguiente manera: “la información es fundamental: tenerla y difundirla. Las historias de la grave violación a los derecho humanos que implica la desaparición forzada de personas deben conocerse; gritar en las calles lo cual tiene que ver con un acto de rebeldía, pero también con la urgente necesidad de tener a las personas informadas sobre esa situación, que no conocerán por los medios comerciales.”
Cada uno de los capítulos de H.I.J.O.S realizan escraches , los cuales “tienen que ver con poner en el centro de la acción y del debate la noción de condena social.” En México el pasado febrero los miembros de esta organización decidieron realizar una de estas manifestaciones, debido al lanzamiento de la campaña “La Fuerza de México” por parte de la Secretaría de La Defensa Nacional. Esta campaña incluyó abrir el tristemente célebre Campo Militar 1 para que ciclistas y público en general disfrutara de un paseo dominical.
“Estar hoy en este espacio no es sólo un ejercicio de memoria para recordar que aquí operan cárceles clandestinas, es sobre todo la denuncia de que éstas siguen existiendo, que todas deben ser desmanteladas y las personas que están en ellas liberadas de inmediato.” Fue el mensaje que uno de los miembros de la organización leyó mientras su compañeros extendían una manta para llamar la atención de los paseantes.
“La justicia no es algo que se otorga o concede, sino algo que se construye”, advierte Tania Ramírez. Por ello cada primer sábado de mes a las 12:00 se reúnen frente a la sede de la Suprema Corte de Justica para realizar performance artísiticos y sketches para informar a la gente que pasa por ahí. “Lo hacemos de espaldas al edificio de la Suprema Corte, el último eslabón de ese sistema de justicia que nos ignora, pero de frente a la gente.”
La pérdida de un padre o una madre es un hecho irreparable, Tania asegura que durante los últimos once años que ha participado en H.I.J.O.S, se ha encontrado en el camino muestras de empatía y solidaridad que le recuerdan que “parte del ejercicio de construir un mundo más justo implica tener alegría a flor de piel.”
Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de Junio
Hace dos años la noticia del incendio de una guardería del IMSS en Hermosillo, Sonora, conmocionó al país. El resultado de una serie de omisiones administrativas y negligencia por parte de funcionarios y las personas responsables de la administración de la guardería ocasionó la muerte de 49 niñas y niños menores de 4 años, así como lesiones graves a otros 70 más. La presencia de materiales tóxicos cerca de las instalaciones, puertas de emergencia clausuradas, falsos techos y tabiques endebles junto con instalaciones eléctricas defectuosas, son evidencia de ello. La noticia conmocionó al país, pero no así a sus gobernantes, quienes en respuesta han tratado de administrar mediáticamente la exigencia de justicia.
A lo largo de estos dos años, la exigencia de justicia de los padres y familiares de las víctimas se ha topado con el muro de la impunidad e indiferencia gubernamental, sin embargo en el camino se han encontrado también con muestras de solidaridad que suman voces, tiempo, esfuerzo y creatividad. Jesús Robles Maloof, miembro del Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de Junio, nos explicó que esta iniciativa ha permitido a mucha gente “construir y aportar ciudadanía” a la de las más de 150 familias afectadas por la tragedia.
El pasado 29 de mayo tuvo lugar en el Zócalo el último de los tres juicios ciudadanos de las acciones del Estado mexicano organizados como parte de las acciones en torno a la exigencia de justicia. El precedente inmediato de este tipo jornadas en nuestro país es el juicio en contra del Ex gobernador de Nuevo León, Natividad González . A nivel internacional, explicó Daniel Gersherson quien ha acompañado a los familiares durante estos dos años, el referente son los juicios ciudadanos en temas relacionados con la energía nuclear principalmente en Alemania.
¿Para qué sirve algo así?, fue la pregunta que varios periodistas se hicieron. La respuesta que da Ramón Nuñez, miembro del movimiento, es que es “una manera de recuperar la justicia que ha sido secuestrada por gobernantes y partidos políticos.”
El espacio público como campo de batalla en contra de la impunidad
Para Jesús Robles, el que la gente se apropie de los espacios públicos para expresar solidaridad y exigir al gobierno otra respuesta que no sea la inacción o indiferencia, abre la posibilidad de una participación cada vez más activa y creativa de la sociedad en tema que le atañen directamente. Muchas de las personas que se solidarizaron con las familias de los sobrevivientes al incendio de la guardería conformaron un espacio más amplio de participación y expresión ciudadana que hoy cuenta con capítulos en distintas ciudades del país.
Tania Ramírez, plantea con la seguridad que dan más de 11 años de exigir justicia: “Las palabras, las historias, las fotografías, los carteles en las calles con los rostros de quienes nos faltan, las consignas en los muros, los poderosos esténciles, los tuits callejeros, el ciberactivismo y el activismo de quienes poner el cuerpo, la marcha y el discurso… todas son formas de usar la libertad de expresión, de ejercerla como un derecho desde la ciudadanía… y también, a menudo, casi como un deber”.