EL SEXENIO DEL OLVIDO
21 de noviembre de 2012.- El 20 de noviembre de 2006; hace ya 6 años, desapareció mi padre José Antonio García Apac. De manera mejor dicha: lo desaparecieron, y pasa de igual manera con este gobierno que se va, con este sexenio lastimero lleno de incompetencias, se nos fue nuestro presidente Calderón, se nos fueron gobernadores: Lázaro Cárdenas Batel, Leonel Godoy y sin lugar a dudas se nos irá también Fausto Vallejo (todos ellos conocían la carrera y trabajo de mi padre); se nos fueron delegados, procuradores, líneas de investigación y las esperanzas… Se van todos ellos y como pasarela, van como vienen, sin mirar a los lados y dejando pasar cualquier injusticia que puede dañar la imagen de un país controlado. 2193 días que esperamos respuesta, alguna pista, alguna llamada, algún cadáver, algún indicio de qué fue lo que sucedió esa noche.
Fecha simbólica
Se cumplieron 102 años de “nuestra revolución”, se hacen desfiles y se suspenden labores; para mi representa prepotencia, representa un coraje sin destinatario, un año más en que mi país se desborona sin darnos cuenta entre desfiles, juegos pirotécnicos y funcionarios saludando desde un balcón por sobre el pueblo. Así de lejos prefieren vernos, porque no podrían afrontar que nos han engañado, que no les preocupan las alzas de los servicios básicos, reformas laborales o judiciales, que prefieren cerrar los casos de muertes y desapariciones, porque ellos sí pueden olvidar.
No voy a dejar que eso pase, no voy a permitir que me acostumbren a la política de lo incorrecto: donde nosotros les servimos, donde tememos al gobierno, donde nos quedamos callados, donde no me veo ayudando al otro, donde nuestro presente es historia y esta es lo mejor que podremos llegar a vivir, donde el dinero es ley y la televisión institución. “No creo en la justicia”. No creo en nada que controle el gobierno, no creo en que el país vaya cambiar por la fuerza de un hombre “elegido” o un partido. Pero sobre todo no creo en que el gobierno que se vaya nos recuerde… Recordar es volver a pasar por el corazón y a nuestro gobierno sólo le pasamos por el bolsillo; nosotros sí lo tendremos presente en nuestros corazones, en nuestros techos de madera, en nuestras heridas, en nuestros familiares muertos, desaparecidos y en nuestro país por otro sexenio más.
“-Nos siguen amenazando y lo peor de estos es que nos estamos acostumbrando”. Sur de Fernando Solanas.
Aldo García Caballero
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