A la candidata y los candidatos a la Presidencia de la República
A la candidata y los candidatos a la Presidencia de la República:
Las campañas que han emprendido para conseguir el voto de los ciudadanos no presentan hasta ahora ninguna propuesta clara, son más parecidas a un reality show que a un debate real de propuestas a problemas concretos.
En palabras de Darío Ramírez, “lo que resulta evidente es el discurso electoral de los candidatos es un discurso de slogans. Es decir, de buenas intenciones que no tendrían ninguna oposición; por ejemplo, más salud, educación, desarrollo. El problema de los slogans es saber cómo se lograrán las buenas intenciones. Ahí es donde ofenden al electorado con sus baratos slogans”.
Nosotros te queremos presentar una problemática que sistemáticamente ignoran cuando se trata de conseguir el voto: la libertad de expresión. Se los vamos a decir sin chantajes emocionales: el Estado es cómplice de la violencia contra la prensa en México.
Este último sexenio de 2006 a 2012 ha servido de testigo de un nivel creciente de barreras al ejercicio del derecho humano a la libertad de expresión, que ha ido de la mano con el nivel de violencia sin precedentes en el país. Estas barreras van desde el acoso judicial indebido hasta asesinatos y desapariciones de periodistas. De aquí se desprende la conclusión de las Relatorías para la Libertad de Expresión de la ONU y la OEA, que desde el 2000, México es el país más peligroso para ejercer el periodismo en las Américas.
El contexto violento e impune
Permítenos, Señora candidata(o), darle más contexto sobre la situación de la libertad de expresión en el país. Durante el año pasado se presentaron en el país 172 agresiones relacionadas con el ejercicio de la libertad de prensa. Entre las violaciones más graves del 2011 se encuentran 9 asesinatos contra periodistas, 2 asesinatos de trabajadores de medios, 2 desapariciones de comunicadores y 8 agresiones con armas de fuego o explosivos contra instalaciones de medios. Este contexto se agrava por la falta de política pública para la investigación de tales ataques.
Y ¿quiénes son los agresores? Como en años anteriores, funcionarios públicos de diferentes niveles de gobierno fueron responsables de 41.86% del total de agresiones a periodistas, mientras que a la delincuencia organizada se atribuye responsabilidad en 13.37% de los casos.
Frente a ese escenario arriba descrito, el Estado carece de medidas para enfrentarlo, así como credibilidad en sus acciones. La Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), por ejemplo, en seis años ha ejercido acción penal en apenas 27 casos, y ha logrado una sola sentencia condenatoria, y su presupuesto para investigación sigue cayendo año tras año, con subejercicio cada año (en 2010 de 91.79%).
Asimismo, el Mecanismo de Protección existente es nada más que la formalización de la coordinación entre autoridades para cumplir un mandato ya vigente. Pese a contar con 25 millones de pesos como presupuesto inicial, sólo se han ejercido 864 mil 311 pesos en la implementación de una solicitud de medidas cautelares, que fueron otorgadas dos meses después.
Acoso legal
El panorama de agresiones no refleja toda la situación de la libertad de expresión bajo presión en este país. A esto se suma, por ejemplo, la pervivencia y uso de los delitos de difamación, calumnia y parecidos en 14 de las entidades federativas, pese a la recomendación del Comité de Derechos Humanos de la ONU de 1999 que los derogaran. Por contraste estas figuras se usan tanto por agentes estatales como por particulares para inhibir o castigar investigaciones periodísticas. Asimismo, ARTICLE 19 ha documentado casos en varios estados en los que tanto ministerios públicos como autoridades judiciales citana periodistas y medios a revelar sus fuentes.
Derechos y debate débil
La visión más amplia nos demuestra también, por ejemplo, la prevalencia de la monopolización de los medios y la falta de un marco legal adecuado e independiente para regular la radiodifusión. Asimismo, el derecho de acceso a información no está funcionando como debería; ARTICLE 19 ha documentado la falta de respuesta por un tercio de los estados en un ejercicio en materia de gastos en publicidad oficial, y a nivel federal, está preocupado por la autonomía del IFAI.
Acciones solicitadas
Bajo los focos del escrutinio internacional, la Presidencia saliente ha tomado algunos pasos para abordar los graves obstáculos y amenazas a la libertad de expresión en el país. Pero estos pasos han mostrado ser sólo de palabra, y demuestran la falta de verdadera voluntad política para enfrentar las deficiencias del país en el tema de la libertad de expresión.
Por lo tanto, ARTICLE 19 hace un llamado a usted, candidata(o) a la Presidencia, si es sincero su deseo hacer avanzar el país, comprometerse a luchar para hacer efectivo, en la práctica, aquellos pasos para garantizar la libertad de expresión, y como consecuente la misma democracia de la República.
La creación de convenios, compromisos y comités, programas y fiscalías sin presupuesto, potestad eficaz o posibilidad de rendición de cuentas ha resultado en un sinfín de burocracia sin protección real. Exigimos a usted, Señora candidata(o), que demuestre al país su compromiso a la libertad de expresión por medio de acciones que obtengan resultados, y no meros paliativos que sirven de distracción de la ineficacia del Estado, de su complicidad. Pedimos a usted que reconozca, como lo ha hecho la misma ONU, que la libertad de expresión es la piedra angular de la democracia, la misma democracia que facilita a usted en su candidatura a la Presidencia. Por lo tanto esa libertad, así como los que la ejercen como la prensa, merece la pena ser protegida con acciones concretas y efectivas.
Candidata y candidatos:
Ante este contexto ¿piensan seguir debatiendo la diferencia entre un puente y un distribuidor vial? ¿Piensan seguir torturando a los electores diciendo quién de ustedes es más mentiroso? ¿Van a seguir diciendo generalidades y buenos deseos que no los metan en aprietos, que no los comprometan? Nosotros esperamos que ya no sea así.
P.D. Pueden ver nuestro documental/cortometraje “Silencio Forzado” aquí.