4 fallidos intentos de censurar la música
Toda expresión artística tiene el poder de trastocar la existencia de las personas que la aprecian, disfrutan, bailan o cantan. La música, según Miguel Cervantes y Saavedra, “compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu”. Sobre tan poderosa herramienta de expresión siempre ha sobrevolado el fantasma de la censura. ¿Razones? Nunca han faltado.
A medida que la música se ha popularizado, también los métodos para censurarla se han ido sofisticando. El catálogo de vías y métodos para censurarla se ha consolidado a lo largo del Siglo XX. Desde percepciones estéticas, religiosas, moralinas e inclusive imperativos de dominación sobre una grupo específico. Tal es el caso de las canciones de los esclavos en los Estados Unidos, quienes a través de las letras comunicaban las rutas más seguras para ser liberados en los estados norteños y que hoy son objeto de covers y remezclas por todo tipo de artistas, muchos de ellos blancos.
La crítica, el disenso y la incorporación del mayor número de voces, son elementos indispensables para el avance de la humanidad. Hacer una revisión de la historia de la censura de la música, es también un recuento de cómo hemos logrado sobreponernos a los miedos, fobias, prejuicios e inequidades de manera progresiva. “El primer requisito para el progreso es el retiro de todo tipo de censura”, aseguró en su momento George Bernard Shaw.
A continuación presentamos una lista -que nos exhaustiva pero sí indicativa- del peligro que implica prohibir expresiones musicales que resultan chocantes u ofensivas. A ritmo de hiphop, punk, cumbia villera o tango, necesitamos ser confrontados con aquello que en las políticas o discusión pública está ausente.
Escala Tritono
El monje benedictino Guido d’Arezzo , padre de la escala tritono fue señalado como promotor de la perdición humana: diabolus música. La iglesia católica aseguraba que la música abría el paso a las posesiones demoniacas y que precisamente el ordenamiento de las notas que planteaba d´Arezzo liberaba el siniestro poder de la nota Si al ser antecedida por la nota Do. Sin embargo su obra aportó enormemente al desarrollo teórico de la música y enriqueció el sonido al heavy metal.
Hip hop
A pesar de que en sus inicios en la década de los 70 fue considerado un simple ritmo musical vinculado con criminales, proxenetas y narco-menudistas, a lo largo del Siglo XX se fue consolidando como elemento de identidad y expresión en Estados Unidos y en muchas otras partes del mundo a través de la palabra (Mcing), el tornamesismo (Djing), el baile (break) y las formas gráficas (graffiti) Los detractores (censores) de esta expresión artística y cultural han acompañado el reclutamiento masivo de fanáticos más allá de las barreras sociales, culturales y étnicas. El diálogo/confrontación ente detractores y hiphoperos en la década de los 80, dio como resultado que ese tipo de discos tuvieran una etiqueta señalando para advertir a los padres de familia sobre el contenido explicito, lo cual ha resultado en una de promociones más efectivas para los sellos discográficos.
Punk
El guitarrista estadounidense Robert Quine lo explicó así: “para los estándares de muchas personas mi música es bastante primitiva, para los estándares del punk, soy un virtuoso”. El punk constituye la posibilidad de expresión de muchos jóvenes que se encontraban marginados en sus comunidades y sus familias. La estética audiovisual y su forma de vestir (ropa rota, cadenas, candados) lanzan hasta nuestros días un mensaje claro que mezcla la frustración y la resistencia de ya casi 4 generaciones de jóvenes en Europa y muchas partes del mundo. En 1977 la disquera EMI canceló el contrato de la banda pionera de punk Sex Pistols, a pesar su éxito comercial debido a las presiones de grupos conservadores en el Reino Unido. A manera de respuesta a los esfuerzos por marginarlos, el grupo Sex Pistols lanzó el sencillo “Anarquía en el Reino Unido” para mofarse de las celebraciones del cumpleaños de la Reina Isabel II. Hoy en día, la música punk logró revitalizar el rock y enriquecer otros ritmos musicales, incluyendo el llamado la música pop.
Cumbia villera
La cumbia es un fenómeno musical generalizado en América que ha dado voz a las desventuras y alegrías de quienes habitamos el conteniente. En Argentina se consolidó en el gusto popular como resultado de las migraciones colombianas a ese país en la década de los 40 y 50, es ahí en donde se popularizan las fiestas llamada “bailantas” y “peñas”. El barrio de San Fernando dentro del Gran Buenos Aires, una de las zonas más marginales y empobrecidas de aquella ciudad, se convirtió en la cuna de este tipo de cumbia. En los últimos años, la cumbia villera se vinculó a las asambleas populares, los “piquetes” y “cacerolazos” que dieron cause al descontento social de las clases más empobrecidas. Al igual que en México con los narcocorridos, la cumbia villera no son trasmitidas en las estaciones de radio al ser señalada como apología del delito y de promover “la vagancia” y una resignación injustificable ante las actividades criminales y la misoginia. El Comité Federal de Radiodifusión acusó a productores y seguidores de esta expresión musical de pervertir el idioma castellano. Fernando Barragán Sandi, defensor de esta expresión la ha definido como “señales en el inconsciente colectivo de un sesgo crudo y brutal sobre la marginalidad”.
La censura de expresiones musicales es propia de gobiernos alejados e ignorantes de la realidad y cultura de las comunidades bajo su jurisdicción. En cambio la apertura y subsecuente debate y reflexión colectiva entorno a las raíces de los problemas que expresan, abren la posibilidad de que las cosas cambien. Censurar las expresiones musicales o cualquier otra expresión artística significa rechazar la oportunidad de reflejarnos como sociedad en un espejo. El legendario cantante sudafricano blanco que luchó en contra del apartheid, Johnny Clegg, lo dijo sin cortapisas: la censura está basada en el miedo.
No propaguemos el miedo, pongamos un alto a la censura.