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Elección del mecanismo de ¿protección?

El camino para llegar al punto en el que nos encontrábamos el viernes pasado había sido largo y tortuoso.  La necesidad de instrumentar una política para proteger a aquellas personas cuyo trabajo es imprescindible para revertir la maraña de violencia, corrupción e impunidad en la que se encuentra el país, era a estas alturas irrefutable. Ahí están las cifras de los últimos años de casos de amenazas, agresiones, desapariciones y asesinatos de periodistas y personas que defienden derechos humanos.   Primero la aprobación de una ley, luego reuniones interminables entre las autoridades y organizaciones con experiencia en el tema, para elaborar el reglamento del mecanismo que habría de ofrecer medidas emergentes de protección. También se trabajó en los protocolos de operación, los criterios para la evaluación de casos y hasta en los formularios que serían utilizados. El camino había sigo largo y tortuoso pero el objetivo bien había valido el esfuerzo y todos los malabares ejecutados para sortear los números obstáculos.

Ese viernes, la CNDH había convocado a la primera sesión de la asamblea que habría de votar entre las candidaturas de la sociedad civil para ocupar un asiento en el Consejo Consultivo del Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. En realidad los asistentes no sabíamos nada más al respecto, la lista de las organizaciones integrantes de la asamblea fue subida en la página del Mecanismo sin la difusión necesaria un día antes. Mientras que la lista de candidaturas y la orden del día nos fueron entregadas prácticamente al inicio de la sesión. Teníamos que seguir avanzando, no había tiempo para sospechas por la falta de información y el desaseo en todo el proceso de convocatoria.

La sesión estuvo moderada por Fernando Batista, Quinto Visitador General de la CNDH de la cual depende el programa especial de agravios a periodistas y defensores civiles de derechos humanos.  La sala José María Morelos y Pavón en la sede la Secretaría de Relaciones Exteriores  estaba repleta de delegados, funcionarios del gobierno federal y las personas encargadas de manejar la plataforma virtual que permitiría seguir la sesión a las organizaciones que se encontraban fuera de la Ciudad de México.

El Mtro. Batista dio inicio a la sesión con una inexplicable prisa, al punto de no querer esperar a que fueran corregidas las fallas técnicas para la participación remota.  Mientras que proponía que fuera aprobada la orden del día, una pantalla gigante que se encontraba detrás de él proyectaba las quejas de los participantes conectados a la plataforma porque no podían oír o ver y por lo tanto no sabían siquiera que se estaba votando.

El representante de SERAPAZ, propuso con el apoyo de por lo menos 23 organizaciones, que se incluyeran varios puntos a la escueta orden día que sólo incluía mensajes protocolarios y la discusión del método de elección de las candidaturas. Entre estos, que la SEGOB explicará los criterios de selección de los candidatos y delegados a la asamblea y que se revisaran los perfiles. Además se pidió que la sesión se suspendiera hasta solucionar los problemas en la plataforma de participación remota.  La petición era una solicitud sensata, para quienes habíamos participado en las distintas etapas del proceso había muchas caras y organizaciones desconocidas y dudas como para entrar de lleno en los trabajos para los habíamos sido convocados.

A regañadientes, el Mtro. Batista aceptó la moción y convocó a una votación para incluir los puntos propuestos en la agenda, para entonces la tensión en la sala ya era evidente. Los técnicos y funcionarios corrían de un lado al otro, mientras que el debate carente de orden dejaba entrever de manera clara tres facciones al interior de la asamblea, por un lado las organizaciones que habíamos venido aportando y trabajando a lo largo del proceso, otro dispuesto a apoyar incondicionalmente  a lo que el Mtro. Batista dijera y, una tercera minoría que no tenía claridad sobre el sentido y trascendencia de las discusiones. Finalmente se votó a favor de incluir los puntos propuestos en la orden del día, pero ya era evidente el nerviosismo que aquejaba al Mtro. Batista, el cual por instantes, se convertía en sutiles rabietas al interactuar con sus colaboradores lejos del micrófono.

El representante de la Secretaría de Gobernación, aseguró durante su intervención que la participación de esa institución en el proceso de convocatoria se había limitado a recibir las solicitudes y remitirlas a la Comisión Nacional de Derechos  Humanos. Sin embargo, gracias a un correo informal de un funcionario del gobierno federal en la noche anterior, nos percatamos de que habían decidido, sin explicación o notificación alguna,  rechazar la candidatura de ARTICLE19 para ocupar un asiento en el Consejo Consultivo. Ante la falta de esclarecimientos formales y aceptables, la representación de ARTICLE19 se vio obligada a poner a consideración de la ya para entonces abiertamente polarizada asamblea la reconsideración de la su candidatura, la cual fue rechazada de manera apabullante por los bloques de las organizaciones que recién se incorporaban al proceso.

La votación,  los argumentos esgrimidos durante la discusión y la actuación del Mtro. Batista como moderador fue una señal de alerta para el resto de las organizaciones que habíamos venido trabajando conjuntamente con el gobierno federal en la construcción del Mecanismo de Protección. ¿Quiénes eran estás organizaciones? ¿Cuáles eran sus credenciales para participar en la asamblea? Las implicaciones y alcances de lo que ahí se iba a votar requerían que esas preguntas fueran respondidas inmediatamente.

A partir de ese momento la tensión y confrontación se desbordaron. Se dejó de respetar la lista de oradores para dar voz a quienes apoyan el apremio del Mtro. Batista para seguir con la orden del día.  Las representaciones de organizaciones como la Red Todos los Derechos para Todos y Todas, Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia entre otras, solicitaron que cada una de las organizaciones representadas en la asamblea se presentara lo cual fue interpretado como una solicitud discriminatoria.  En las pantallas gigantes se podían leer las quejas y demandas de transparencia de organizaciones como el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan . El Mtro. Bautista y el representante adjunto de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, observaban en silencio la abierta descomposición de los trabajos de la asamblea.

Quienes demandamos transparencia fuimos acusados de soberbios, revoltosos y discriminadores. Hubo inclusive ataques misóginos. El argumento central era que teníamos que avanzar exclusivamente en los asuntos a los que habíamos sido convocados.

Los colegas con más experiencia en procedimientos de asamblea nos advertían de la situación, “ya no hay condiciones para continuar.” Ante la posibilidad de que se concretara un daño irreparable al proceso, 24 organizaciones de las 77 registradas decidimos abandonar de la sesión bajo la exigencia de que se transparentara el proceso de selección, las capacidades e intenciones de las organizaciones participantes de la asamblea y que la Secretaria de Gobernación y la Comisión Nacional de Derechos Humanos facilitara la construcción de confianza y entendimiento entre los participantes del proceso de construcción del Mecanismo de Protección.

Las palabras del representante de SEIIN (Servicio de Inclusión Integral) resumen el sentir del resto de las organizaciones que también abandonamos la sala. “No es soberbia, se trata de nuestra integridad física y la de nuestros compañeros”.  ¿Cómo continuar con el proceso de selección de quienes habrán de velar por nuestra seguridad sin los mínimos necesarios de confianza?

Durante los siguientes días, el colectivo de organizaciones se ha dado a la tarea de buscar información sobre estas organizaciones. Entre los hallazgos preliminares se encuentra que un número considerable de estas organizaciones provienen del Estado de México, sin embargo ninguna se ha pronunciado en tema de extrema gravedad como los abusos que tuvieron lugar en San Salvador Atenco. Muchas de estas organizaciones limitan sus líneas de acción a acciones de promoción y difusión de las campañas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

El gran reto del Mecanismo de Protección ha sido es y será la construcción de confianza. El fracaso de la asamblea se debe precisamente a las limitaciones de la CNDH y SEGOB para abonar en este sentido.

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