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Gambia: el miedo como método de censura

Existen varias señales de alerta sobre las amenazas existentes en Gambia para el ejercicio de  las libertades de expresión y prensa. Si bien las cifras de periodistas asesinados no son comparables a las de otros países como México, Honduras, Pakistán o Irak, los problemas que ha venido arrastrando Gambia desde su declaración de independencia en 1965, se exacerbaron tras la llegada al poder de Yahya Jammeh, luego de un golpe de Estado en 1994. Desde entonces, el joven presidente impulsa su agenda de “reorientación política”, que se traduce en la intimidación y acoso a la prensa independiente y la corporativización de los medios de comunicación en ese país.

Elecciones sin libertad de expresión

El presidente Yahya Jammel ha gobernado por 17 años, durante los cuales se han celebrado elecciones en cuatro ocasiones (1996, 2001, 2007 y 2011); todas y cada una de ellas han sido cuestionadas debido a la serie de irregularidades  documentadas por los mecanismos de observación electoral regionales e internacionales. Para ARTICLE19 las elecciones en Gambia no han cumplido con los estándares internacionales en la materia. Por ejemplo, a los candidatos de oposición se les negó de manera sistemática el acceso a los medios electrónicos y radiofónicos. Además,  hubo  presencia de militares en una clara actitud de intimidación en los eventos de apoyo a la incipiente oposición.

En los meses previos a los comicios, los medios de comunicación y periodistas independientes fueron sometidos a un acoso constante. Existen casos documentados de detenciones arbitrarias, maltratos físicos y psicológicos durante la detención, así como incautación de equipo de trabajo de fotógrafos y camarógrafos. Existen también testimonios sobre la presencia de agentes de seguridad en los domicilios de periodistas e intervención de teléfonos.

Contexto hostil para la prensa 

El asesinato en 2004 del periodista Deyda Hydara, así como la desaparición de Chief Manneh en 2006 han sido dos momentos determinantes para imponer el silencio y provocar el miedo de la prensa.

La intolerancia del presidente Yahya Jammel fue evidente desde los primeros meses de su gobierno. Además del acoso sistemático durante los periodos electorales, las acusaciones penales por sedición y traición a la patria en contra de periodistas críticos son comunes.

Debido al ambiente represivo que se vive, existe un ambiente de autocensura que puede ser comprobado a diario en los medios de comunicación, por lo que temas como  los altos niveles de corrupción gubernamental, los daños ambientales por la industria turística, la presencia de grupos del crimen organizado dedicados al trasiego de drogas a Europa y la proliferación de pandillas, son temas que no son difundidos ni investigados por la prensa.

Durante una entrevista para la BBC, el presidente Jammeh aceptó públicamente que los casos de periodistas asesinados, así como los señalamientos internacionales sobre la situación de la libertad de prensa en el país no eran una prioridad para su gobierno.

El 28 de noviembre, durante las elecciones, el presidente Jammeh fue categórico al expresar su desprecio e intolerancia con la prensa. “Los periodistas constituyen menos de 1% de la población […] cualquiera que piense que voy a permitir que menos del 1% de la población destruya al otro 99% está muy equivocado”.

El miedo e incertidumbre entre los periodistas de Gambia es evidente. Sin embargo, existen casos ejemplares, principalmente de jóvenes que recién comienzan su carrera, que están buscan maneras innovadoras para realizar su trabajo de manera profesional e independiente. A pesar de la limitada infraestructura de conectividad a internet, los blogs, Twitter y las redes sociales están siendo exploradas por estos jóvenes insatisfechos. La comunidad internacional está obligada a apoyarles y exigir su protección antes de una nueva generación sucumba ante la desinformación y férreo control gubernamental.

 

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